miércoles, 17 de abril de 2013

Poema Causal

Con que dulce mirada me has estado mirando una que otra madrugada, dándome luces de lo que ha podido ser si yo te mirara.
Mi somnolencia no es tu efecto a día de hoy, pero causarías el efecto contrario sin tan solo... si tan solo tuviéramos un día para dos.
No has de ser la brisa matutina ni el atardecer anaranjado, solo podrías serlo si te dejas el desgano, el miedo a dejarte descifrar.
Y tan solo si me vuelves a mirar, de esa manera tuya, yo caería de par en par negando lo innegable de querer amar, continuar el camino del enredo, del tormento y desenfreno.
No quiero tus besos como engaños, los quiero para cuando me provoque besar, no es siempre, pero me gustan de verdad.
Si entonces no ocurre nada como una opción que es, me llevaré siempre tu mirada, que iluminaba cuanta sala fue testigo de tu manera de mirar.
Ya ves como cambia todo, pase a hablar en pasado, probablemente he querido ser desahuciado y no pelear más.



4 comentarios:

Unknown dijo...

Todo un artista <3

Anónimo dijo...

He leído cada historia, experiencia y poema, y respecto a éstas dos últimas, creo que existe una misma persona que te inspira y con el pasar del tiempo son evidentes los cambios en tu manera de escribir, y me refiero a la perspectiva de un pasado donde de alguna manera ella se encuentra incluida, cada cambio es positivo y me agrada.
En este poema reflejas lo bonito de ese sentimiento que fue o que está, algo complicado, y sin duda existe una historia que ambos escribieron pero con un final como todas, aunque el recuerdo está latente.
En realidad se te da muy bien esto de escribir, espero nunca dejes de hacerlo, porque quizás en un futuro te conviertas en ese escritor a los que muchos nos gustaría leer. Saludos y un beso!

Anónimo dijo...

"Dándome luces de lo que ha podido ser si yo te mirara" excelente, se disfruta mucho poder leerte siempre que se puede, gracias por volver por aquí, me gusto muchísimo no dejes esto eres realmente bueno, un beso.

Liliana Ibáñez dijo...

¡Muy bien Jesalej!