domingo, 13 de enero de 2013

Casualmente


Casualmente me he encontrado conmigo mismo en par de noches absurdas, me encontré en mal momento pero me alegra el descubrimiento. Una noche me fui a la soledad, arrinconado, acostumbrándome a lo nuevo, a lo incierto, al largo proceso de esperar.

Me enamoré del silencio, del sonido de un corazón ultrajado, fui soñando los sueños jamás soñados, nunca le di pausa a mis pensamientos. Me conocí bien distinto a lo que era, me alegró detallar la falta de atención que desde ese momento me poseía, descubrí que por muy mal que me sintiera, había una paz que me pedía la entendiera.

Después del destello de amor me conocí más calmado, menos obsesionado, hice como golondrinas en tiempo de migración, volé muy alto sin caer, fui como un volcán que hace poco ha erupcionado, tranquilo. Me permití flotar en mi mente, imaginar el comienzo y el final, el desarrollo de la trama no fue tan importante como los extremos, me agité y  me calmé, sentí y luego sentí menos, nunca dejé de hacerlo.

Luego, llegó un punto donde recordar quien fuiste me molestó, pero luego hubo calma, entendí lo tuyo y lo mío, siempre habrán intereses y como al final decidiste marchar, lo único que hice fue respetar. Me imaginé lo pasado y caí a medio techo, nunca te rogué, nunca iba a hacerlo, tú solo te fuiste y quisiste volver, pero yo no vuelvo querida, nunca. Fue fácil eso.

Ahora es fácil para mi no hablar de ti cuando estoy con mis amigos, ya no paseas por mi mente sin querer, si se asoma tu cara en mi cabeza es porque te invoqué y te he hecho y deshecho tantas veces… Que ya te olvidé.

2 comentarios:

mequedosinideas dijo...

Épico... Siempre mejorando!

mequedosinideas dijo...

Épico... Siempre mejorando!